Hace unos años, en Argentina la palabra «reciclar» no era común en nuestras charlas. Luego, fueron apareciendo las 3R (reducir, reutilizar y reciclar) y, con el comienzo de la separación de residuos en hogares e instituciones, comenzamos a conocer más sobre el tema.
Hoy, la recuperación de materiales y su posterior reciclado es una realidad. Son recursos que hablan en sí mismos sobre la circularidad: en lugar de terminar en un vertedero, en donde se pierde dicho recurso y se impacta de manera negativa al planeta, tienen potencial económico, social y ambiental.
Entonces, el reciclaje es una realidad, un camino necesario en la actualidad. Pero ¿qué es el «suprarreciclaje»?
Creatividad y valor
El recorrido del suprarreciclaje comienza con materiales reciclados y materiales que pueden reutilizarse. A partir de esas materias primas, se agrega valor a través de la creatividad y se obtienen productos superadores.
También conocido como upcycling, este reciclaje creativo tiene la premisa de reinventar, regenerar, crear y otorgar una nueva función, que sea superior a lo que era anteriormente. Además, en cada etapa de producción, se busca la eficiencia energética, la inclusión social y la producción a demanda.
Los emprendimientos que se dedican a este tipo de producción, se basan en la economía circular. Es decir, tienen en cuenta la trazabilidad del producto desde que lo realizan hasta su posible vida útil.
Antonella Blotta, quien ha empezado a colaborar en algunas colecciones con Reciclarg, realiza joyería, artículos de decoración y regalos sostenibles desde su marca Verna Diseños. Ella explica que es importante que el diseño esté centrado en la persona usuaria, o que sea a demanda, en vez de que se produzca de manera estandarizada y en serie.
Por otro lado, desde la empresa Reciclarg Recycling Technology (Mendoza), se gestionan los residuos electrónicos, con el propósito de que estos equipos e instrumentos no terminen en los vertederos a cielo abierto, contaminando y perdiendo recursos. Por ello, se recuperan diversos materiales con el fin de realizar distintas colecciones vinculadas a la moda, como joyería, marroquinería y, también, se generan otros productos de diseño sostenible, como juegos para niños, entre otros.
Hay gran cantidad de ejemplos vinculados con el suprarreciclaje en el mundo: prendas de vestir, bolsos materos, juguetes, cepillos de dientes… y cada vez son más las personas que apuestan a un nuevo modelo económico y productivo.
Adquirir estos productos es una manera de consumir de manera responsable, minimizar así el impacto que generamos en el planeta y cambiar hábitos para las generaciones futuras.